Al final de la temporada de invierno, la capacidad de almacenamiento de gas de España había alcanzado la cifra récord del 78%.

Es posible reducir el consumo de energía al menos en una cuarta parte. Apagar las luces, lavar las ventanas, no sobrecargar la lavadora, cambiar las bombillas… Los cálculos demuestran que se trata de un beneficio real.
No malgastes luz.
Apaga las luces cuando cambies de habitación. Instala detectores térmicos de movimiento que apaguen las luces por ti.
Utiliza iluminación local: focos, lámparas de pie, apliques. Por ejemplo, puedes plantearte instalar iluminación LED en la habitación para no tener que encender las fuentes de luz principales cada vez que pases por ella.
Recuerda que la limpieza es clave para ahorrar dinero. Las ventanas sucias y las luminarias polvorientas reducen los niveles de luz de una habitación hasta en un 35%.
A la hora de decorar, recuerde que las paredes y los muebles claros reflejan hasta el 80% de la luz, pero las paredes oscuras sólo el 12%.
Sustituya las bombillas por bombillas de bajo consumo y bombillas LED. Sustituir una sola bombilla puede ahorrar unos 200 dólares al año.