
La forma en que está organizado el ambiente del hogar transmite diferentes sensaciones. Una estancia desordenada y llena de objetos contagia el caos, y afecta la concentración. Descubre cómo aplicar el método «declutter» para abordar el problema.
Pocas situaciones pueden transmitir tanta inquietud como llegar a casa y encontrarse con un caos visual. Está claro que si no se dedican un par de horas semanales a la limpieza y la organización, los rincones del hogar pasan al desorden en cuestión de pocos días. Conseguir espacios ordenados a partir del desprendimiento de objetos innecesarios es posible a través del método declutter.
La idea central es despojarse de lo que no se utiliza, ya sea por roturas, por gusto o porque ya está obsoleto. En una sociedad con grandes tendencias consumistas, la acumulación de objetos se torna un problema en muchos hogares. Esta situación que puede derivar en ambientes desorganizados, que transmiten ese caos general a la propia cabeza, llegando a contribuir con el desánimo y el estrés.
¿Qué es el método «declutter»?
El problema del desorden no solo pasa por perder cosas. Una casa en estado de caos, donde los objetos se encuentran desparramados por cualquier sitio y se forman montañas de ropa, puede potenciar la sensación de cansancio y frustración. No es necesario llegar a padecer el síndrome del acumulador o acaparamiento compulsivo para esto.
Al vivir en una sociedad donde el consumo de bienes está vinculado con la felicidad, es común adquirir objetos que terminan siendo inútiles. O, en el mejor de los casos, siendo utilizados durante un breve periodo. Para comenzar a revertir esto, existe una práctica denominada «método declutter».
Se trata de una instancia en la que se prioriza la limpieza, el orden y, sobre todo, el desprendimiento de lo que ya no se necesita. El término declutter significa «despejar» en inglés. A partir de tal acción, se destinan algunos minutos al día para devolver la paz visual y física a todos los sectores del hogar.