
Lo último que pensó María José Galiano (Jaén, 32 años) cuando el año pasado le sobrevinieron durante varios días intensos dolores de cabeza y una sensación de vértigo es que podían ser de origen cardiovascular. Era demasiado joven para ello, pensó. “Cada paso que daba me retumbaba en la cabeza, la presión era incesante, no me calmaba nada, ni cerrar los ojos, cualquier ruido me molestaba…”, recuerda ahora. Ante la persistencia de los síntomas, acudió a una farmacia para tomarse la tensión. “No me la había tomado nunca, pensaba que eso era necesario en gente mucho más mayor que yo”, cuenta. Tenía una presión arterial muy por encima de los valores normales – sistólica (la máxima) en torno a los 120 y los 129 milímetros de mercurio (mmHg) y diastólica (la mínima), entre los 80 y los 84 mmHg–. Se fue de inmediato al hospital. Tras el tratamiento farmacológico correspondiente, su presión arterial se regularizó.
El sistema cardiovascular o circulatorio (compuesto por el corazón, los vasos sanguíneos y la sangre) es el epicentro de nuestro organismo, el encargado de distribuir el oxígeno por todo el cuerpo, y existen muchos factores que lo pueden comprometer. Algunos son modificables, como los hábitos de vida no saludables. En cambio, otros no lo son, como la predisposición debido a otras patologías o el componente hereditario, pero que conviene conocer para prevenir el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y reducir así el número de muertes por esta causa, la que ocasiona más fallecimientos en España y en el mundo (casi 18 millones de defunciones al año), según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Durante las siguientes semanas, Galiano se sometió a diferentes pruebas médicas, que descartaron que aquella subida de tensión se debiese a una cardiopatía o a un fallo en otro órgano. “¿Tiene antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares?”, le preguntaron en el hospital. “Mis padres son hipertensos”, contestó ella. Los especialistas encontraron en esa respuesta el posible origen del accidente cardiovascular que la joven había sufrido.